Atención al corazón que salva vidas

Cada segundo es importante

Luz Ramírez, una madre sana de cinco hijos, de Rocky Point, NY, lleva una vida muy activa. Pero la tarde del 14 de junio de 2021, estaba comiendo en su cocina cuando de repente sintió un dolor agudo en el pecho. Ella supo de inmediato que algo andaba mal.

 

“Me dije a mí misma que esperaría unos minutos para ver si el dolor continuaba o se iba solo”, dijo la Sra. Ramírez, pero a medida que esperaba, su dolor se hacía más fuerte. “Y pensé: ‘esto es un infarto’, entonces marqué al 911 de inmediato”.

 

El dolor de la Sra. Ramírez empeoró progresivamente mientras esperaba que llegue la ambulancia. “Para el momento en el que llegaron los paramédicos, estaba acostada en el piso luchando por mi vida y rogándole a Dios que me permitiera vivir. Cuatro de mis cinco hijos estaban en casa conmigo y veían a su madre morir. Fue el peor momento de mi vida”.

 

Debido a su edad y a su aspecto general de salud, los paramédicos primero pensaron que la Sra. Ramírez podría estar sufriendo un ataque de ansiedad en lugar de un episodio cardíaco grave. “Soy bastante joven, solo tengo 47 años y no tengo ningún otro problema de salud ni antecedentes de problemas cardíacos en mi familia”, informa la Sra. Ramírez. “No fumo. No bebo. No tengo sobrepeso. Podría adelgazar 4 kilos, pero, en general, tengo buena salud. Si me vieran, nunca pensarían que sufriría un infarto”.

 

En cuanto la Sra. Ramírez llegó a la sala de emergencias de Mather Hospital, todo fue muy rápido. Después de las pruebas iniciales, se demostró en el electrocardiograma que tenía un infarto agudo de miocardio. Se le informó al equipo del laboratorio de hemodinámica de inmediato. Para ese momento, su cuerpo había comenzado a adormecerse y ya no podía sentir las piernas debido a la reducción del flujo sanguíneo causada por la oclusión en el corazón. “Algunos pacientes que experimentan un infarto pueden tener un choque cardíaco y sentirse de esta manera”, dijo Nicole Hoefler, MSN, BSN, RN, CVN, directora de enfermería del laboratorio de hemodinámica.

“Si no fuera por el profesionalismo y la compasión del personal de enfermería y los médicos, y la rapidez con la que reaccionaron, hoy no estaría aquí y mis hijos hubieran perdido a su madre. La forma en que me atendieron fue como si cada segundo contara”, dijo la Sra. Ramírez.

“Llevamos rápidamente a Sra. Ramírez al laboratorio de hemodinámica, donde le realizamos una coronariografía, que es un procedimiento de radiografía con contraste, para evaluar el flujo sanguíneo de las arterias que transportan la sangre al miocardio”, dijo la Sra. Hoefler. “La arteria principal que transporta la sangre a la parte frontal del corazón estaba completamente obstruida”, dijo la Sra. Hoefler. Después del angiograma, el equipo del laboratorio de hemodinámica realizó un procedimiento de angioplastia para abrir la arteria coronaria obstruida y restaurar la sangre mediante el uso de prótesis intravasculares para evitar que la arteria vuelva a obstruirse.

 

Después de cuatro días en la unidad de cuidados intensivos de Mather Hospital, se le dio el alta a la Sra. Ramírez y regresó a su casa para recuperarse.

 

Hasta que sufrió el infarto, la Sra. Ramírez llevaba una vida normal, sana y activa, especialmente con cuatro adolescentes que vivían en su hogar. Ahora que se recuperó, dice que está más activa que nunca. “Pude darme cuenta de que la vida es corta, y que ahora quiero lograr mis objetivos más que nunca. Estoy muy entusiasmada y muy feliz de tener otra oportunidad en la vida”. Como mamá y ama de casa con cinco hijos, la Sra. Ramírez espera ansiosa volver a su carrera como agente de bienes raíces y poder ver a sus hijos crecer, graduarse en el bachillerato e ir a la universidad.

 

“Quiero agradecer a todos los miembros del personal de enfermería de triaje del departamento de emergencias, al personal del laboratorio de hemodinámica, a los médicos y al personal de enfermería de la unidad de cuidados intensivos. Los recuerdo a todos. Son mis ángeles”, dijo la Sra. Ramírez. “Me llevaron al lugar correcto en el momento correcto. Creo que si hubiera ido a otro lugar, quizás el personal no habría actuado tan rápido como lo hicieron en Mather Hospital, y me podría haber costado la vida”.